James Horner o la economía del esfuerzo.

A muchos nos ha pasado algo curioso con las bandas sonoras de James Horner. En algún momento del filme escuchamos cuatro notas vagamente familiares; la memoria se transporta a otros escenarios y no es gracias al poder evocador de este compositor californiano, proveedor de fantasía, administrador de La Banda Sonora Original, la primigenia, piedra filosofal de las beseós. Pues eso, que esto ya lo hemos oído. Nuestra mente no nos engaña: es el Parabará, y lo acabamos de descubrir. Sólo hay que buscar un poco en internet para comprobar otras composiciones de Horner y las coincidencias se multiplican, las cuatro notas se repiten aquí y allá, y uno tiene la impresión de haber descubierto un patrón secreto, un mesaje oculto, una conspiración internacional. Pero no, el fenómeno viene de lejos y ya tiene su grupo de fans en Facebook.



Al margen de Avatar, Enemigo a las Puertas, Troya y Willow, que aparecen en el vídeo de arriba, mi comité de expertos ha encontrado estas otras:

- La Tormenta Perfecta (The Perfect Storm, 2000). Arrastrad el cursor del vídeo hasta el 1:50.



Los Fisgones (Sneakers, 1992). A los pocos segundos se escuchan las notas, tocadas por un instrumento de viento.



Antes decía que James Horner debe pensar que posee un don, la fómula secreta de la música perfecta para el cine, que él, maestro alquímico, ha sintetizado. Por eso se repite tanto. La verdad es que la melodía es resultona, pero cuando se escucha repetida en tantas cintas de tan diversa temática, es inevitable cierta sensación de perversión; me pasé medio Avatar pensando en porqué me acordaba todo el rato de McMardigan, cosas de la sugestión auditiva. 

Bromas aparte, parece obvio que el compositor californiano se tiene mucho aprecio y aprovecha cualquier ocasión para citar su propia obra. No puede ser una cuestión de pereza a la hora de componer, ya que hasta   él mismo se habrá percatado de que alguien se daría cuenta tarde o temprano; es puro onanismo de un músico que cree que puede ser protagonista de una película a su manera, poniendo su sello en mitad del metraje para que todos digamos Ahí está el jodido James Horner con su Parabará, ¡qué tío! 

El asunto se cita en otros sitios:


Para abonar alimentar la teoría de que Horner es un  vago y no un enamorado-de-cuatro-notas, en LaButaca.net también se pueden leer otras trastadas del premiado compositor, esta vez citando la obra de otros con alegría.

Como contraste, y aplicando lo aprendido de Horner en lo que se refiere a citarse a uno mismo, recomiendo que lean nuestro post sobre Hans Zimmer, compositor ejemplar en su voluntad de adaptación a la singularidad  de una película. 

1 comentario:

  1. Este tío es un jeta de mucho cuidado. Además, si te fijas en las pelis de las que compone la banda sonora, la mayoría son bazofia, pelis de esas que la industria hollywoodense fabrica como churros, gastándose un pastizal desmesurado y con el único objetivo de hacer taquila. Conclusión: Si oyes el Parabará de Horner, huye de la sala de cine

    ResponderEliminar

Licencia de Creative Commons
Rosebudsonlospadres by Daniel Jaume is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Based on a work at rosebudsonlospadres.blogspot.com.