El post sobre zombies en Madrid que debía publicar.

El pasado sábado 2 de Abril se celebró en Madrid la Marcha Zombie Madrid, una iniciativa que es costumbre en la capital desde 2007. Este blog envió a sus reporteros a la calle para registrar tan señalado acto, que merece un hueco en nuestro espacio por su carácter cinéfilo-necrófago y por el insólito hecho de conseguir convocar en la calle a miles de personas disfrazadas porque sí y a lo loco, que olvidaron por un día su naturaleza borreguil para alistarse en una élite de demostrada originalidad y sentido del humor, y salir así a la calle a provocar algo más que la cotidiana ración de indiferencia que experimenta cualquier viandante cualquier día de su vida.

Que este post salga hoy a la luz sólo es fruto de una lamentable serie de pequeñas desgracias relacionadas con lo tecnológico, lo anímico y lo terrenal. Vamos, que he estado muy liado, medio enfermo y sin Internet. La intención inicial era dar parte, al más puro estilo Orson Welles con su Guerra de los mundos, de una inexplicable invasión zombie en la corte madrileña, y crear algo de alarma inicial, disipándola con un toque de humor. Las fuerzas primigenias, como las que se citan en el vídeo de Network, un post más abajo, hicieron imposible que este proyecto seudoinformativo naciese a tiempo.

Un zombie pasa inadvertido a la multitud en plena Plaza del Carmen. Es lo que tiene la Marcha Zombie.


La MZM se celebra, según la organización, en honor al nacimiento del papá de la criatura z, George A. Romero. Que Romero naciese el 4 de Febrero y la marcha se haga un mes después sólo responde, suponemos, a la necesidad de mantener las trabajadas caracterizaciones en su sitio, a salvo de las inclemencias del invierno. Merece la pena; el tiempo acompañó a las criaturitas, que pudieron escandalizar y sorprender sin problemas a los incautos madrileños.

Las fans de Justin Bieber formaban un campamento junto al Palacio de los Deportes plagando los aledaños de sacos de dormir, lo que conseguía un paisaje no menos inquietante que la congregación de muertos vivientes que crecía justo al lado. A las 19:00, hora Z, sólo la tal Cristina Pedroche de La Sexta, ligera como su vestido, separaba las hordas de no-muertos de las impresionables prepúberes. La cobertura televisiva se centraba en el fenómeno verdaderamente noticioso: hay gente que hace noche en la calle para oír chillar a ese repelente cachorro canadiense.

Mientras, las fuerzas del mal se hacían fuertes junto al árbol zombie de la Plaza de Dalí, bautizado así de forma afortunada por los organizadores para citar bajo sus ramas a la putrefacta congregación. La plaza hervía, purulenta, de imaginería necrofílica:

"¡No somos zombies, somos infectados!" gritaba la concurrencia. ¿Qué pensaría Romero?
¡Viva lo zombie!
Menor zombie en árbol zombie.



































Los zombies son una comunidad heterogénea. Tortugas ninja zombies, zombies rastas, horrores zombies de todo tipo...
La vileza de este colectivo se refleja en cada uno de sus gestos.
Otra cosa eran los off-topics. Este zombie muestra su indignación ante la presencia de Wallie, al fondo. No tardaría en convertirle a su causa...
Este ejemplar aleccionaba a unos niños no infectados: "Si queréis ser como yo, tenéis que comer mucho cerebro..."
Una vez reunidas las huestes subterráneas, la marcha se trasladó -vía subterránea- hacia la siguiente plaza fuerte de este colectivo: Chueca. Varios transbordos en metro dificultaban el camino de una multitud que ya presentaba problemas para andar en línea recta. Los zombies no beben, es que son zombies, oiga:

El atasco en los tornos era monumental. El grito "¡Somos zombies, no pagamos!" tuvo efecto finalmente. 
El metro de Madrid vivió escenas inéditas. Algunos amortizaban el resultado de pasadas noches de locura ¿Predator?
Ávidos de cerebros, los zombies esperan el tren. Su entusiasmo solo es comparable a su equivocación de línea. 
Su cerebro, gracias. Algunos sacan canapés para amenizar la espera.
"Ceereebrooos, aaagghhh" era lo que se oía en los vagones de la línea 2, con paradas en Goya, Retiro, Banco de España...
Los traslados por los pasillos ofrecían estampas difíciles de obtener otro día.
Próxima parada: cerebrooos.
Chueca esperaba allí arriba, y los viajeros del metro agradecían el fin del espectáculo. ¿O no? La mayoría de la gente no infectada participó con bromas y preguntas sobre la naturaleza de la marcha y, salvo algún trauma infantil, hubo un ambiente de aceptación sorprendente. Nuestras abuelas ya no se extrañan de nada. 

Ya en la superficie, tapas, cañas y zombies se mezclaron con buen resultado, aunque la plaza nodriza del Orgullo Gay, erigida ahora en cuartel del Orgullo Zombie, se quedó pequeña enseguida y la marcha se dirigió cívicamente hacia Gran Via, camino de Montera y la Plaza del Carmen.

Las tapas madrileñas se mezclaron con algo de sangre.
¡Ole, mi zombie!
Algunas escenas son sólo aptas para gente curtida...
Miedito

Zombies castizos devoran un jamón sin piedad ante la aprobación de la concurrencia.
¿Comprará cerebros?
Folclore zombie, Custo mediante.
La marcha tomó tintes más festivos si cabe al pasar por la zona de bares de Chueca. En la foto, un zombie celebra su suerte. 
Las siamesas zombies eran de las más solicitadas de la noche. Todos querían una foto con ellas.
Seguramente, el día con gente de aspecto más normal en la calle Fuencarral. Los modernos fueron devorados.
La llegada a la Plaza del Carmen en coche empezaba con la chica de la curva recibiendo a los conductores.

El desfile de personajes inquietantes era interminable.
La dura llegada al cubil. El látex tira al arrancarlo. Debajo, un poco como Cenicientas de serie B, aquellos que echarán de menos la tarde en que fueron zombies.
Llegados a Plaza del Carmen, la fiesta seguirá en una discoteca aledaña para los que quieran. Los que tengan compromisos al día siguiente se irán arrastrándose. Un reguero de sangre y miradas sorprendidas de turistas acompaña a los que parten en pequeños grupos hacia sus guaridas, por Preciados, Gran Vía, Montera y Sol. La vuelta a casa tras la locura es con buen sabor de boca, aunque los participantes preguntados sí albergan una pequeña decepción: mañana ya no serán zombies.

P.D.: El artículo original a publicar el día siguiente, tal y como queríamos, sólo pretendía hacer una broma con la marcha, acompañando el texto con fotos del evento. Debía ser un artículo publicado aquella misma tarde, casi de inmediato, pero no pudo ser, como ya he explicado antes. Como ya estaba escrito, lo añado a continuación como una simple curiosidad ya sin sentido.

Caos en el centro de Madrid por un posible ataque zombie.
· Los infectados provocan la alarma por su comportamiento.
· El Ministerio de Sanidad no reconoce el incidente.
· Algunas fuentes sugieren experimentos gubernamentales.

Un brote vírico de origen aún indeterminado ha mantenido en vilo el centro de la capital esta tarde debido a que los síntomas de los afectados se asemejaban a los de los clásicos zombies del cine, con ataques espasmódicos, desorientación, pérdida de voluntad, hambre antropófaga, isquemia y putrefacción, lo que ha provocado momentos de histeria y un número de víctimas aún no confirmado por las autoridades, que todavía no han emitido ningún comunicado.

La aparición de varios grupos de personas de extraños modales y aspecto en el centro de Madrid ha generado la alarma entre los vecinos del Barrio Salamanca y la zona Centro, que han visto como los afectados por este virus no identificado se reunían en la Plaza de Dalí y han extendido su plaga por Gran Vía por motivos aún desconocidos. El mal estado de estos enfermos era evidente, y se han producido escenas de pánico ante la proliferación de víctimas de esta pandemia, aún sin una explicación oficial por parte de las autoridades.

Los testigos de este fenómeno aseguran que ha cundido el miedo durante varias horas, hasta que los infectados han sido dispersados gracias a la acción vecinal y por los propios impulsos expansionistas de la enfermedad. Muchos de los contagiados se han disgregado a través del transporte público y se espera que puedan aparecer nuevos brotes esta noche en otros puntos de la capital. “¡Es increíble! ¡Deberían intervenir la policía y el ejército!” exige BM, vecino de la zona, “No sabemos qué pasa, no nos informan. Tenemos ocho hijos y queremos saber cuando van a evacuar la zona…”, continúa.

“Esto es por algo que echan en el agua”, afirma RF, residente en una caja de cartón unifamiliar sita en la misma plaza, “Los he visto, suelen hacerlo por la noche. Sobre las dos, más o menos cuando se me acaba el vino, ellos aparecen con sus uniformes y hacen experimentos en el agua. Sí. Son del Gobierno”. Todo son especulaciones sobre estos infectados y el origen de su enfermedad: “Son muertos vivientes”, aseguran los más místicos, como MB, de cinco años.

La falta de explicaciones de las autoridades y las conjeturas de los asustados madrileños, junto con las pistas que aportan algunos testigos, forman un marco confuso de preguntas sin resolver y miedos apocalípticos que nuestras fotos exclusivas muestran y que quizá puedan tener una respuesta aquí, en la página de la Marcha Zombi Madrid 2011.

3 comentarios:

  1. mmmmmmmmmmmmmmmmmm.....mmmmmmmmmmm.......... brainnnnnnssssssss.....

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  2. Un fan del megazombi11 de abril de 2011, 21:19

    Y ese megazombi omnipresente? el jodío es tan grande que allí donde tires la foto sale él!

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  3. Una marcha zombie echa pa atrás así, de primeras. Cuando te planteas ir a mezclarte entre gente que se cae a cachos y, además, les mola, no se sabe lo que le puede pasar a uno.
    Yo por si acaso me llevé a ese íncubo tremendo que tanto destaca. No veas que corrillos de fotógrafos a su alrededor. Y qué sombra daba. Cada vez que un grupo de monstruos se daba cuenta de que yo estaba vivo y sin morder se frotaban las manos. Yo sólo tenía que señalar a ese leviatán lovecraftiano salido del infierno y decir "Voy con él". Entonces se daban la vuelta, admitiéndome, como los gorilas hacían con Diane Fossey...

    Bromas aparte, el tipo que hay bajo ese aspecto tan inquietante es un querido amigo que tuvo el buen gusto de invitarme a la MZM. Y ya que estamos, ¡gracias, bonito!

    Un saludo.

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