Para terminar el año ¿torturamos a Ryan Reynolds?


El entierro en vida es una de las pesadillas más horribles que se puede imaginar la mente humana. ¿Cómo trasladar esta experiencia a una pantalla de cine? Seguramente esta sea la idea germinal de esta película. Un contratista civil estadounidense, Paul Conroy, es secuestrado en Irak y enterrado vivo para solicitarle dinero como rescate. Este planteamiento poco original como idea central para el guión se convierte en punto de partida de un thriller muy entretenido que plantea la siguiente discusión: experimento cinematográfico o cinta convencional. Un claro antecedente, desarrollo de la acción en un solo escenario claustrofóbico tanto para los personajes como para el espectador, es Náufragos de Alfred Hitchcock. Se podrían comparar estas dos películas aunque Buried lleve al extremo el aislamiento del personaje principal al solo permitirle el contacto exterior por medio de un teléfono móvil. Lo que sí me atrevo a afirmar es que la calidad de la cinta la ha convertido en una de las más gratas sorpresas de este año 2010.


La cara reconocible del proyecto y claramente fichado para vender la cinta internacionalmente es Ryan Reynolds. Destacado trabajo el de este actor, seguramente el mejor de su carrera, que sostiene la tensión de la cinta durante los 90 minutos de metraje. Aunque podría resultar contradictorio -Ryan Reynolds se mantiene durante toda la cinta tumbado dentro de una caja de madera- la actuación de éste podría definirse como físicamente encomiable.


El segundo largo del director Rodrigo Cortés destaca por la originalidad y el riesgo en el trabajo detrás de la cámara. Las propias limitaciones de la película impiden destacar más a Rodrigo Cortés, pero sí le ha servido para darse a conocer en Hollywood. Los próximos meses de este director y guionista orensano se presentan cargados de trabajo. En fase de preproducción tiene el film Emergo con guión firmado por el propio Rodrigo Cortes y está ultimando su próximo proyecto como director, Red Lights, con la posible participación de Robert de Niro y Sigourney Weaver.

Si podríamos definir a Rodrigo Cortés y Ryan Reynolds como los ejecutores de la idea el padre de esta sería Chris Sparling. El guión de Chris Sparling combina elementos que llevan al espectador de la sonrisa a la tensión. Las limitaciones previas del filme, gracias al trabajo del guionista se convierten en los medios para producir un fantástico thriller. El único punto débil en el desarrollo de la cinta sería una parte central en el metraje algo irregular, pero que dirige directamente al espectador a un tramo final que deja sin respiración.

Se hubiera que resumir Enterrado por sus personajes habría que plantearlo como las vicisitudes que soportan el trío protagonista que conforman un teléfono móvil, Ryan Reynolds y su zippo.

4 comentarios:

  1. He vuelto, Marsellus ¡Y tu sabrás que mi nombre es Yahvé cuando caiga mi venganza sobre tí!

    ¿Cómo puedes afirmar que destaca el guión por encima de la dirección? Rodrigo Cortés hace un alarde inigualable de realización al conseguir que el espectador se quede a vivir en esa caja los noventa minutos. La utilización de quién sabe cuántas cámaras y su hábil forma de alternarlas, usando los fundidos en negro como separadores, jugando con la luz y dividiendo en tres actos/estados de ánimo el filme con los únicos planos que se salen del ataúd, alejándose, revelando la soledad subterránea del pobre Paul Conroy, son méritos dignos de reconocerse. Si el guión llevaba años dando vueltas por ahí será por algo. Muchos huevos es lo que tiene Rodrigo Cortés. Y muuuuucho talento. Tiene todo el crédito del mundo después de esta cinta, al menos para mí.

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  2. Ya sabes mi debilidad por los guionistas. El artículo deja claro mi reconocimiento a la originalidad y calidad del guión.

    El trabajo de Rodrigo Cortés es encomiable, pero yo me resisto a dedicarle los adjetivos que le dedicas tú. Creo que deberá demostrar esa calidad en próximos proyectos.

    Ya estoy ansioso de contestar a tu próxima crítica.

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  3. El tal Paul Conroy es un principiante. A mí me enterraron viva después de vaciarme dos cartuchos de sal gorda en las tetas y aquí sigo para contarlo...

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  4. Es lo que tiene asistir a las clases de Hattori Hanzo...

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