Crítica: Cisne Negro.

La última película de Darren Aronofski, Cisne Negro, se estrena en DVD en España el próximo 29 de Junio. Unos días antes, aprovecho para publicar la crítica que escribí para su estreno en cines, pero que he tenido en cuarentena a la espera del resultado del XIV Concurso de Crítico de Cine de Guía del Ocio. Quedó finalista, a esto -muy poco, lo sé- de ganar. Otra vez será. 

Crítica de Cisne Negro (2010, D. Aronofski).

Darren Aronofski pasó muy rápido de deslumbrante esperanza del cine del futuro a fiasco evidente del celuloide del presente: tres largometrajes necesitó su carrera para conocer todos los extremos de la hostigadora opinión de la crítica, a la cual somete su trabajo un creador. Si aún tras El Luchador quedaba sospecha para la crítica, Cisne Negro se encarga de confirmar que lo mejor para juzgar una carrera, como a cualquier otra cosa, es la mesura. El quinto largo de este realizador neoyorquino recoge lo mejor de lo apuntado en sus anteriores trabajos, sublimando en lujosa destilación todas las virtudes antes intuidas, enterrando sus defectos, quizá sólo pecados de niño malcriado, adivinamos ahora.

Las bofetadas enseñan, y Aronofski sepulta cualquier duda con esta joya inclasificable que es Cisne Negro, completando lo que ahora podríamos advertir como un análisis, continuo y transversal en su obra, de la mente atormentada. Su habilidad para sorprender a nuestros sentidos trabaja  esta vez al servicio de una narración impecable por ritmo y por capacidad para  atrapar al incauto espectador, pero sin apabullarlo, suavemente y con mucha clase, como Natalie Portman, que se deja la vida y quién sabe qué más en este papel con recompensa segura para su interpretación: la hará inmortal, como a su Nina en la película.

La anterior, El Luchador, era simétricamente opuesta a esta Cisne Negro. Ambos personajes, Randy y Nina, encuentran el ejercicio de su arte igualmente terapéutico. Hallan una disciplina que los encumbra y los serena, algo difícil de sentir cuando te pudres en una depresión, ya sea por la personalidad maníaca de ella o por la de él, tan permeable a lo mundano, tan perdedor. Los dos cuelgan de un hilo en esa lucha por sobrevivir camuflada de ambición profesional, y aunque Nina compita en lo más alto y su redención sea la de un yonqui  del éxito, y Randy se mate sólo por un puesto entre lo más sórdido de un star system en las alcantarillas de la cultura de extrarradio yanqui, los dos comparten una triste maldición; una en la que todos encontraremos la inquietante familiaridad del que se ha sentido un loco alguna vez.

Así, el director de las prometedoras Pi y Réquiem por un sueño, ya oficialmente rescatado para la honorable causa de hacer cine sin pasarse de listo, y recuperado su crédito tras perpetrar esa-peli-de-la-que-no-hablamos –lo diré una vez: The Fountain-, continúa y redondea con Natalie Portman lo que empezó con Mickey Rourke, terrible contraste el de esta pareja que no es casualidad si atendemos a lo dicho sobre la simétrica oposición de sus caracteres en este ensayo psicológico de sesión doble.

En ambas cintas encontraremos que Aronofski, como empeñado en demostrar una tesis, filmando su particular tratado de la psique, llega a conclusiones parecidas desde dos puntos de partida tan alejados como los gimnasios rezumantes de sudor y esteroides de la lucha libre y los camerinos de los ballets de prestigio a los que llegan flores cada día y en los que la coca es mejor, lugares antagónicos donde se cuecen dos historias análogas, escenarios tras los telones en los que el realizador de Brooklyn encuentra un factor común para la tragedia: las personas, todas igualmente vulnerables, defectuosas y geniales, se mire como se mire.







En el siguiente enlace, la crítica ganadora, de Irene Velasco, a la que felicitamos desde este blog por su trabajo y su merecido premio: 

http://www.guiadelocio.com/cine/archivo-peliculas/cisne-negro/criticas/critica-ganadora-del-concurso-quieres-ser-critico-de-cine

También quiero dar las gracias a Guía del Ocio y al jurado por seleccionar esta crítica y por darme de merendar aquella tarde, y obviamente, por las entradas que usaré para ir al cine de gorra este verano, aunque pinte tan mal la cartelera...

4 comentarios:

  1. A mí, sinceramente, Aronofsky me agota. Todo en su cine me resulta demasiado angustioso, demasiado obsesivo. En “El luchador”, a pesar de que Mickey Rourke siempre me ha parecido un actor insoportable, sí consiguió interesarme con esa historia de fracasados, pero me temo que fue la excepción.

    En cualquier caso, al margen de gustos y opiniones, quisiera felicitarte por tus estupendos artículos.

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  2. Muchas gracias por tus comentarios, emiliano, eres muy amable.

    Es verdad que este director tiende excesivamente a analizar la cara oscura de la mente desde un punto de vista tan perturbado como el de sus personajes, y que, como decía Boyero, parece ofuscado en epatar al espectador.

    También sospecho, a lo mejor me equivoco, que Aronofski es un director de difícil digestión para cierto público educado en los clásicos. Lo que llaman clasicismo en el cine es muy difícil de conseguir, y en realidad suele tratarse de saber contar las cosas con sencillez y eficacia. Por otra parte, lo que llaman cine moderno es, a veces, y al margen de la experimentación más extrema (Cine Dogma y otros demonios), justo lo contrario: una tendencia al apabullamiento permanente de los sentidos y la razón.

    A mí sí me gusta en general la obra de Aronofski, así que ya debo ser de una generación pervertida por el exceso de estímulos audiovisuales, que se siente cómoda en la confusión sensorial que promueve este señor.

    Y ojo, no quiero equiparar cine de épocas distintas, que sería como comparar a Di Stéfano con Cristiano y tal, pero este director me parece un buen exponente de lo nuevo, aunque tenga esa inclinación por lo sórdido.

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  3. A mi la verdad que Aronofski me parece que está en su salsa cuando se trata de encontrar sordidez en todos los estratos sociales,(que tío,lo consigue siempre) además en la única peli en la que intentó no hacerlo, La Fuente de la Vida, la cagó pero bien,(coincido con el autor). Me gusta mucho este director, sobre todo cuando se revuelca en las miserias ajenas, lo hace taaan bien!!

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  4. A mi, aparte del guión y personajes, lo que me va es el bollo Mila Kunis/Natalie Portman que sale en la pelicula, además de la música y como se muestra el mundo del ballet por dentro y la competencia que hay. "El luchador" también me gustó mucho, así que Aronofsky tiene el beneficio de la duda de momento.


    Gran crítica, por cierto.

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