Ciudadano Vigalondo.

La cronología de los días locos desde que Nacho Vigalondo se tomó cuatro vinos es conocida y públicamente accesible. No nos aburramos-indignemos- repasando la explosión informativa que acabó con la supresión, ayer, del blog del cineasta en elpais.com; para leer noticias, váyanse a Egipto. Allí el periodismo sí libra una batalla; aquí ya está perdida. Los mismos prejuicios y complejos que guían la moral en Hollywood, como Ricky Gervais sabe, se han instalado ya en nuestra realidad local. Las redes han sido el acelerante y el patíbulo a la vez. Los paranoicos, los aludidos, los indignados, los interesados, esos siempre estarán ahí. Lo que ocurre ahora es que la opinión llega muy lejos en La Red; está en todas partes y todos tenemos una voz pública si queremos. A los medios les toca decidir los criterios aplicados para valorar  una información y mostrar la necesaria ética periodística para garantizar un tratamiento  responsable.  Aun así, nada de esto importaría si el resultado no hubiera sido el que ha sido: le han echado y su imagen ha sido maltratada y malinterpretada por muchos, más papistas que el Papa todos.



Vigalondo se marcó un órdago en público que, como irreflexivo o valiente experimento, nos ha dado varias medidas de la realidad digital y alrededores: ya sabemos que el humor tiene tantos límites como sensibilidades hay, vamos, que el humor ha muerto; también que un personaje público puede crear un acontecimiento social masivo escribiendo 140  tontos caracteres; que twitter ya es un foro de expresión nacional; y que siempre los hay dispuestos a hacerle favores a la comunidad judía a base de ponerse nazis. Lecciones todas sacadas de esta semana loca, como decía, en que este –loco- señor despeinado se inmoló para renacer, esperemos, más libre que nunca y con alguna lección aprendida, la que él quiera. Su twitter, por suerte, nos confirma que Vigalondo sigue existiendo y, que sepamos, ni el Mossad ni los estudios de Hollywood se han puesto en contacto con él para cancelarle a él o al próximo remake de Los Cronocrímenes. A la vista de los hechos, un miedo: que en la meca del cine le acaben comparando con Mel Gibson. Veremos. 


Apropiada propina:

El último post de Vigalondo en su blog:

El penúltimo, explicando su tweet:

1 comentario:

  1. Si yo fuera Nacho Vigalondo me pondría en contacto de inmediato con Mel Gibson.
    Ya estoy viendo los anuncios por Hollywood del remake americano de Los Cronocrímenes dirigida y protagonizada por el señor Gibson.
    Seguro que le quedarán estupendas las vendas en la cara, la calidad de su interpretación se beneficiará.

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