Ricky Gervais: margaritas a los cerdos.

Si Ricky Gervais se proponía dejar de presentar en el futuro la gala de los Globos de Oro, la cosa le ha salido bien. Si solamente pretendía averiguar dónde están los límites del sentido del humor de las estrellas, ya lo sabe, aunque ha perdido un trabajo. Hoy, la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood ha anunciado la vaporización del humorista británico, que no presentará más la gala, tras dos años haciéndolo, con éxito la primera, con escándalo la segunda. La decisión responde a las quejas de algunos actores que, a través de sus agentes, trasladaron a la organización de los galardones su enfado por las bromas de Gervais. Hoy los aludidos pueden dormir tranquilos, se ha hecho justicia. Desacostumbrados como están a finales amargos la mayoría de los agraviados, la decisión habrá devuelto la calma, que no la honra, a estas sensibles estrellas que no dudan en tener una pataleta en lugar de tener la clase que no tuvo Gervais; según ellos, claro.

Desde luego, Gervais no es Billy Cristal. Uno se pasa la vida viendo como las galas de premios del cine se convierten en espectáculos sosos, tontos y llenos de autosatisfacción onanista. Los Oscars son para que todos se coman las pollas unos a otros a gusto, así que nos podemos imaginar la decepción de que te toque recoger premio justo en la gala en que se le va la olla a ese chalado Don Nadie. Mierda, hoy no me felicitan, hoy me van a hacer una broma que no sabré contestar porque no es una broma de las que me hacen el chico que me cuida el jardín o mi agente. Son bromas de verdad, de las que hace la gentuza de la calle cuando habla de nosotros. Hoy, decía, no. Hoy me van a intentar sacar los colores y lo van a conseguir. Hoy demando al gordo este. Y despido al del jardín, que seguro que se está riendo. Ya ves. En EEUU hay cosas que sólo puede decir Sarah Palin, la más famosa humorista del país.




A continuación, el monólogo de inicio de la gala, con subtítulos (pulsar pestaña junto al botón de pantalla completa del reproductor para activarlos. Es la opción del centro) :


Aquí, Gervais roza la muerte cuando presenta a Bruce Willis como el padre de Ashton Kutcher, después de repasar sus películas menos afortunadas. Bruce mantiene la compostura como puede.


En el siguiente clip, el humorista británico se mofa de la carrera de Tim Allen, pero esta vez prueba de su propia medicina, con Tom Hanks y el propio Allen recordando cuando Gervais era un cómico gordito y gracioso, cualidades ambas perdidas según el dúo de presentadores. Por fin alguien entra en el juego. Pronto les darán una medalla por defender al imperio:


Conocemos a Ricky Gervais por ser el creador y protagonista de las geniales Extras y The Office –protagonista de ésta última en su versión británica; en la yanqui el papel es para Steve Carell, al que ya puestos podrían ceder el sitio de presentador de los Globos de Oro-, series que cuentan con un humor que va más allá de la risa fácil o el clásico enredo, apelando al sentido del ridículo, al estupor del espectador que, avergonzado por lo impresentable y patético de los personajes, se divierte sufriendo sin saber cómo. Es, quizás, un gran continuador del estilo de Andy Kaufman, cuya vida se narraba en Man on the Moon (1999, Milos Forman) y que tantos problemas tuvo con la mojigata corrección política de la sociedad norteamericana. A Gervais ya le han dicho que no tiene sitio allí, cosa que hará bien en interpretar como un halago. Seguro que lo hace. Daisies for the pigs, Ricky, según la edición de Oxford del refranero español.


Disfrutemos ahora de unos minutos de Extras, la serie que emitió la BBC -Paramount Comedy en España- y que tantas escenas memorables nos dio. Aquí, Patrick Stewart (Capitán Picard en Star Trek, Xavier en X-Men) desvela sus perversas obsesiones a partir del minuto 3:00:




3 comentarios:

  1. Celebré con alborozo cada una de las intervenciones del señor Gervais. Especialmente hiriente y acertado me resultó en sus comentarios sobre un anónimo cienciólogo gay. Creo que ese fue el punto de inflexión, y el momento en el que los teléfonos comenzaron a echar humo, porque a partir de ese instante, que ya veremos qué consecuencias acarrea, y si no al tiempo, sus apariciones ante el (i)respetable se volvieron más descafeinadas, aunque no carentes de esa dosis de mala hostia que le ha convertido de la noche a la mañana en persona non grata en Hollywoodland. Para terminar diré que Steve Carell me hizo mondarme al negarle un abrazo con ese laconismo que le caracteriza, y que me resultó extrañamente cómico y hasta simpático el discurso de Robert de Niro, y sobre todo cómo le devolvió la broma a Matt Damon, que al presentarle había hecho mención a sus más celebres películas, pero confundiéndole de personaje. De Niro le contestó que a él también le había encantado su interpretación en "The fighter", haciendo ver que le creía Mark Whalberg.
    Por desgracia seguramente estaba preparado...

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  2. Un fan de Ricky Gervais20 de enero de 2011, 20:59

    Y encima siendo inglés… este tío los debe tener de adamantium. Si hubiese sido estadounidense otro gallo le habría cantado

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  3. Cuando me mandaron el vídeo para que lo viera, no lo podía creer, me estuve riendo hora y cuarto, y cuando se lo enseñé a mis amigotes, se partieron el pecho... a eso, en mi tierra, se le llama tener dos... bueno, eso.

    "Este año, todo ha sido 3D,...salvo los personajes de El turista. Na, me estoy tirando el rollo, porque no la he visto. NADIE la ha visto".... GE-NI-AL.

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