Cortos que deberías ver: I'm Here.

El escritor y compositor Shel Silverstein publicó en 1964 un cuento infantil, The Giving Tree, que acabó ganándose gran popularidad, llegando a ser traducido a treinta idiomas. Este relato narra la relación de un niño y un árbol que se hacen amigos; el árbol comparte todo con el niño, todo se lo entrega: sombra, alimento, madera para construir… El sacrificio desinteresado del vegetal no tiene límite y, finalmente, concede al niño su tronco para tallar una barca que le permita navegar por la vida. Al final de ésta, el niño, ya viejo, regresa junto a su antiguo amigo y éste le concede, encantado, un último favor: un lugar tranquilo –apenas un tocón-donde esperar la muerte.

Las interpretaciones sobre la moraleja de este cuento son variadas y existe cierta controversia entre las diversas opiniones sobre el mensaje que transmite, desde posturas críticas que señalan al niño como un ejemplo de egoísmo y al árbol como un padre negligente que todo lo consiente y nada enseña, hasta otras, las más, que ven en este cuento un canto al amor puro, al sacrificio generoso e incondicional.

Spike Jonze (Cómo ser John Malkovich, Adaptation…) ha sacado de esta historia, en su reciente corto I’m Here (2010), precisamente, la parte más bonita y amarga: la del amor abnegado, que tanto puede ser el de un padre a su hijo como el del sincero enamorado, que entregan, sin pensarlo, cada trozo de su alma para que el otro haga con ello lo que quiera, incluso destrozarlo.




Los trozos de ser que se invierten en la relación son aquí partes tangibles, piezas de los protagonistas, que son robots desgarbados que parecen compartir una corriente existencia con los humanos, tan hundidos como nosotros en lo cotidiano. El enamoradizo Sheldon -¿Silverstein?- dará todo a Francesca para verla feliz. Todo. Ella, descuidada, encantadora, le exigirá sacrificios que implicarán una nueva existencia para él. A todos nos pasa alguna vez, Shel.

Antes de seguir hay que ver el corto, que, aprovecho para comentarlo, está financiado por Absolut Vodka en el marco de una iniciativa de comunicación publicitaria. Son unos treinta minutos al más puro estilo Spike Jonze, con muchas cosas en común con su último trabajo como director en la gran pantalla, Donde Viven los Monstruos (Where The Wild Things Are, 2009), otra vez con una excelente ambientación musical además del cuidado estilo visual de este director estadounidense.

Para empezar, un tráiler:


Para ver el cortometraje es necesario que pinchéis el enlace de abajo, donde, si estáis conectados a Facebook, os pedirán permiso para quedarse con vuestros datos. Podéis ver el corto sin ceder estos datos, aviso. Por cierto, sólo está en inglés, pero se entiende todo, seguro, su lenguaje es universal...

Para ver el corto: http://www.imheremovie.com/

Actualización 31-01-11: Cuelgo el corto, por fin en Youtube y con subtítulos.







Sheldon no es un pagafantas emocional ni me creo que el mensaje sea que las necesidades de uno mutilen la vida del otro, como podrá interpretar la eterna escuela de los pesimistas o recientemente desengañados. Él sólo acepta las condiciones, sean cuales sean,  para poder seguir teniendo a su chica. Amor patológico. ¿Triste? Puede. O puede que lo triste sea no llegar a sentir lo que siente Sheldon.


Gracias a Mr. Muro por la recomendación.

5 comentarios:

  1. Me faltan las palabras para describir esta pequeña obra de arte, ya que usted me las ha robado todas, maldito bachi-buzuk!
    La manera tranquila e incluso relajante que el señor Jonze emplea para describirnos hasta qué punto puede resultar alienante el amor verdadero, ese que en sus primeras fases se manifiesta en los sacrificios más absurdos e irrepetibles, como ir a ver una peli de Hugh Grant o perderse una final de la copa de Europa por acompañarla a una cena con sus padres, resulta enternecedora.
    Para mí no es más que la descripción lúcida y sensible del estado de enajenación mental transitoria que se da única y exclusivamente en esa temible fase R.E.M. del amor, en que tu cuerpo, al igual que ocurre en las zonas más tempranas del sueño, es un compendio de espasmos y movimientos reflejos de lo más exasperantes para la razón pura, como el que se agita ante un precipicio inabarcable apenas unos segundos después de haber conciliado el sueño.
    Esa manera de actuar tán sumamente previsible (no es casualidad que sus protagonistas sean robots, más allá del varapalo sentimental que con ello se intenta dar a la conciencia humana) es tan solo posible y entendible en los primeros e idealizados pasos de una relación que, con nuestra tendencia al auto-engaño, se postula como la verdadera, última y definitiva.
    Amigos, seamos sinceros: ¿actuaría el tontorrón de Sheldon de la misma manera si ya llevaran 5 años saliendo?
    ("Si es que ya te lo dije!" "No miras por donde andas!" "Otra vez has perdido una pierna!" "Pues no esperes que yo te dé la mía!")
    Para mí la respuesta esta muy clara...

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  2. Chinese, me parece que usted es antiguo alumno de la escuela de pesimistas. Si, actuaría exactamente igual. Como no le vas a dar una pierna después de sujetarte el pelo cuando potabas? O después de sobarte la pancita tantas veces cuando dolía? Sabes el merito que tiene no intentar huir antes de que despiertes pa no amanecer con Rocky? Y llevarte de la mano los 5 inviernos aun sabiendo que en el bolsillo estarían mucho mejor? Eso vale 2 piernas y una prótesis!

    Verdad verdadera: Los comienzos son irrepetibles, pero porque me duela la tripa cuando te conectes o cuando te vea salir del metro donde quedamos no te voy a dar una pierna. En este caso soy de las de “Después de” y Sheldon es un cielo…..

    Imprescindible el corto… Muy pero que muy bueno.

    Yov.
    (Una Dominican Don´t Play)

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  3. Qué bonito comentario, Chinero, y qué final hiperrealista y deprimente has elegido. Pero tu descripción me dice que sabes de qué habla Jonze. Lo siento si te has dejado algún trozo en el camino, pero bueno, con el tiempo vuelven a crecer...

    Yov tiene razón al encuadrarte en esa escuela pesimista, y me gusta su manera de ver el asunto. A lo mejor la pobre ha tenido que amanecer con Rocky alguna que otra vez. Y así cinco inviernos. Eso es abnegación, joder.

    Bienvenida, perra de Dios (Domini canis, aclaro).

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  4. Estupenda elección el corto de esta entrada. Maravillosa interpretación de la dependencia total en una relación amorosa.

    Gracias a la estupenda ambientación musical me quedé disfrutando de los créditos finales y descubrí cierta curiosidad. El actor que da vida a Sheldon es Andrew Garfield, Eduardo en la estupenda The Social Network de David Fincher. Parece ser que a Andrew Garfield le van las personalidades abnegadas.

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  5. Hola, soy el capullo de Sheldon y les voy a contar cómo acaba la historia ésta. Pues bien, tras perder mi cuerpo robotizado pensé en implantarme uno nuevo. “¡Qué gilipollas! ¿Por qué no lo hizo ya con el primer brazo?”, se preguntarán ustedes, no exentos de razón. El caso es que, de la noche a la mañana, mi novia, esa torpe inútil, me dejó por un modelo de tostadora con patas más moderno, con el doble de memoria RAM que yo y unas prestaciones del copón. A consecuencia de la ruptura, me entró una terrible depresión que desembocó en una, aún más terrible, esquizofrenia; finalmente me soldé un exosqueleto de reptil mecanizado y ahora deambulo por las alcantarillas alimentándome de restos de pilas arrojadas al váter y lubricando mis extremidades con residuos fecales. Y así es la vida, una partida de póker con las cartas marcadas; las tuyas no, las del otro. Mi consejo: conservad vuestros miembros bien pegaditos al cuerpo hasta que sepáis de qué pie cojea -valga el símil- el súcubo con el que compartís lecho. La fase REM del amor (Chinero, puedes apuntarte un tanto por el concepto y otro más por la poesía con la que lo has adornado), si os descuidáis, si no sois cautos, os puede pillar por banda y dejaros sin piernas ni brazos, igualitos que una muñeca rusa. Puede que llegue el día en que tengáis que sacrificaros, y que merezca (y mucho) la pena hacerlo, pero nunca tan a la ligera como hice yo; uno no debe entregarse de esa forma tan inconsciente, tan gratuita, tan irracional.
    PD: Yov, guapetona, espero que estas navidades alguien tenga la suficiente vista como para regalarte unos guantes ;)

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